Compuesto con palabras de argot marinero, refiriéndose éstas a los nombres que los pescadores daban a los aperos, playas y cabezos de pesca, cabos, montes, peñas, etc., que les servían, vistos desde el mar, como señales de orientación para saber dónde se encontraban y cómo situarse en los cabezos de pesca

A JOSÉ SEOANE GOITIA DE SU HERMANO DÁMASO

Con el timón en la mano
dando la cara a los vientos
te han contemplado unos cabos
que nunca serán sargentos.

De Peñas a Machichaco
no te conocí rival;
hoy pescando en el Japón
y mañana en el Transvaal.

A los panchos del Capenco
guerra les dió tu espinel,
y tus nasas se llenaron
de langostas del Sequel.

No regateaste esfuerzo
por buscarte los mendrugos
un día con calamares
y otro día con besugos.

Con la Desmaya y el Cudio
el Matorral y tu acierto
te pagaron su tributo
los congrios de Monteabierto.

Si la embravecida mar
te cerró la barra un día
tu la supiste abrir
con tu arrojo y valentía.

También debo señalar,
pues figura en tu bagaje,
que tenías aterrados
los machotes del Coraje.

Y mientras que otros dormían
en la mar te daba el alba;
unas veces en la Vaca
y otras veces en Peñalva.

Si es que en alguna ocasión
te dijo el motor “no quiero”
fuiste arriba hábil patrón
y abajo gran ingeniero.

No pudo ocultar la mar
sus misteriosos secretos
a tus avizores ojos
y a tus cálculos discretos.

Los náufragos que salvaste
con trabajos y con penas,
si no es infiel mi memoria
se cuentan ya por docenas.

No puedo pasar por alto
un detalle harto elocuente:
cincuenta años gobernando
sin el más leve accidente.

Hoy que celebres tu día
le pido al Señor sin duelo
que te conceda la dicha
de verte tatarabuelo.


19 Marzo 1942

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